miércoles, 30 de septiembre de 2009

DIJERON SOBRE SAUNA...

Encuentro amoroso que deja secuelas. Calificación: ****

"La excelente dirección del mismo Ezequiel Tronconi permitió que cada actor de su elenco componga sin fisuras a sus criaturas.
Sauna ilumina a una generación que confiesa "que no sabe lo que quiere" y lo hace con una minuciosidad notable, sin dar sermones, pero con verismo y humor."

Ana Seoane (Diario Perfil)


Cantále a tus amigos con el corazón.

“Sauna, de Ezequiel Tronconi, es una propuesta fresca, ágil, y joven… no por la edad de sus intérpretes, sino porque carece de los clichés fosilizados de muchas obras del teatro independiente.En la era de Facebook y del celular y de las relaciones light, el mayor hallazgo de esta pieza es la profundidad y el reflejo de la relación entre los cuatro amigos, que confiesan sus penas y sus logros, mientras entretienen al espectador y causan ternura y risas.”

Laura Ventura (Culturar.com)

Los Actores hacen la diferencia. Calificación: ***

"Ezequiel Tronconi construye su drama, básicamente, desde la actuación y ese es el punto más atractivo del espectáculo. Sus intérpretes saben dotar a sus personajes de un sinnúmero de matices que los vuelven muy especiales y, en más de una oportunidad, muy cercanos a cualquier espectador. Cada uno de ellos consigue definir con fuerza una conducta particular y encuentran espacio para potenciarla en el cruce con los otros personajes. En el sauna, sobre todo, el humor resulta un agregado muy efectivo para alimentar el juego."

Carlos Pacheco (La Nación)


Un romance hecho comedia. Calificación: ****

“Apoyado en el rótulo de una comedia romántica, Ezequiel Tronconi lleva a cabo una puesta consistente y claramente trasladable a la realidad. Con un guión que roza la ironía y picardía, pone en evidencia las actitudes, pensamientos y reacciones que despierta el reencuentro de dos personas que en el pasado habían estado muy enamoradas. El director identifica y selecciona sabiamente la interacción que se da entre la pareja en sí, y Michael y sus amigos en el sauna. Justamente ahí, el espectador se da cuenta de la absoluta ductilidad y naturalidad con la que Sebastian Muñiz va entrelazando ambos momentos. La consecuencia más próxima que resulta de esto, consiste en un agradable y tierno relato sobre un amor que vuelve a sus raíces, sobre un amor que entiende de oportunidades y se permite el volver a empezar.”

David Pesaccg (criticunder)



“Sauna de Ezequiel Tronconi es una obra que narra un reencuentro de esos tan simpáticos que ahora nos permite la tecnología. Pero además es una obra sobre la necesidad de los otros. Y sobre la capacidad, o no, de escuchar. No es melosa ni cursi. No hay golpes bajos. Es simple y tal vez sea eso lo que la vuelva tierna y cruel, y hasta soberanamente graciosa. A quienes vieron Pelota Paleta y Segundo Set les va a sorprender cómo el estallido de las obras anteriores en ésta se condensa en imágenes precisas que hacen a los momentos en los que nada se dice o sobran las palabras. Se destaca el manejo del cambio de planos: de una habitación en un departamento en torre a un sauna, uno al lado del otro, jugando a la narración y ejecución al unísono. De pronto, pareciera que ese lugar en el que coleccionamos sólo los recuerdos voluntarios se llenara de un pasado que cae como paracaidista desde un avión que sobrevuela el espacio. Y, entre la risa y la tristeza, queda el cariño de lo que fue.”

Jimena Repetto (Revista Siamesa)



Una cómica y nostálgica reunión de amigos.

“Sauna” por momentos se convierte en una comedia, principalmente en las escenas que transcurren entre los cuatro amigos transpirados y extenuados en ese cuarto repleto de vapor donde sus conversaciones se tornan graciosas en extremo no sólo por sus tópicos sino también por su forma de expresarse. Pero la obra también explota su costado dramático ya que deja entrever el difícil traspaso que todos sufrimos al saltar de la adolescencia a la madurez, con las responsabilidades y malestares anímicos que eso suele implicar. “Uno de los elementos visuales que cobra gran importancia es ese pasaje de un cuadro al otro, en el que con el cambio de luces y de foco principal de atención y acción el espectador pasa casi instantáneamente del living del departamento de Michael (decorado como si fuera un cuarto adolescente, con skates, cuadros y CD’s) al sauna, el espacio reflexivo donde los cuatro hombres cantan sus verdades; a veces dolorosas, otras hilarantes.”

María Laura Pacheco (ABC cultural)

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